Dragon Age Inquisition





La tercera entrega de un juego de rol que recuerda a éxitos ya clásicos como Baldur's Gate.
Llevamos un personaje principal, cuyo aspecto diseñamos a nuestro gusto y criterio, y al que poco a poco se le van incorporando compañeros de fatigas. El argumento principal se basa en que los demonios están invadiendo el mundo y solo nuestro personaje principal tiene la capacidad de cerrar las brechas por las que penetran. Esta historia es simple, aunque luego está muy bien desarrollada.

Técnicamente es bastante bueno, tanto que experimenté como la PS3 ya podía con el de una manera muy justita. Era habitual el popping y los tiempos de carga algo más largos de lo acostumbrado. Aún así lo pude disfrutar bastante. Tanto que le eché algo más de 140 horas para finalizarlo (incluyendo misiones secundarias), siendo de los juegos más largos a los que me he enfrentado.

Sus puntos fuertes, y por lo que engancha tanto, diría que es la sensación apabullante del amplio mundo en el que nos encontramos, su historia principal y pequeñas historias paralelas que iremos descubriendo, la cantidad de misiones, objetos, variedad.. en resumen una serie de condicionantes que hacen que cada vez que te pones a jugar un rato se te pasen horas y horas sin parar de hacer cosas.

Eso sí, entre todas esas actividades la que practicaremos con más frecuencia e intensidad será el combate. Y aquí me encantó como lo plantean, ya que podemos optar por la opción directa de acción, en plan hack n' slash, o bien podemos congelar el tiempo y se activa una opción llamada "cámara táctica" donde podremos dar la órdenes a cada uno de los integrantes de nuestra compañía, ofreciéndonos la posibilidad de ir avanzando el tiempo a nuestra voluntad para ir viendo poco a poco como se desarrollan los acontecimientos. Podemos alternar entre estos dos modos a voluntad. Lo que normalmente hacía era, en los combates fáciles usar la acción directa, y en los más complicados optaba por la cámara táctica, que encontré tremendamente útil.





Otro aspecto que me gustó mucho fue que entre tus acompañantes llegan a incorporarse 3 guerreros, 3 pícaros y 3 magos diferentes. Y aunque solo podemos llevar a 4 personajes a la vez, al poder elegir entre 3 de cada tipo y poder desarrollarlos en el árbol de habilidades (geniales muchas de ellas!) cada uno orientado y especializado a unos aspectos determinados dentro de su clase, las posibles formaciones que podíamos seleccionar eran muy variadas. Por ejemplo, en los magos, tenía uno más especializado en hielo, otro en fuego, otro en rayo.. así que dependiendo de las fortalezas de un enemigo determinado elegía uno u otro.

Y entre todos los enemigos, por supuesto, los más importantes y representativos son los dragones. Hay 10 a lo largo de la aventura y estos son los combates más duros y emocionantes. ¡En alguno de ellos recuerdo hasta 2 horas de combate!.

En contraposición, por citar algo negativo, diría que el asunto de las brechas, aunque está muy interesante en el inicio, y mientras estas van elevando su dificultad, llegando al máximo en las Tumbas Esmeralda con las primeras apariciones de los Demonios del Orgullo (los enemigos más potentes que nos saldrán de ellas), a partir de ahí hasta el final serán igual o más fáciles, resultando en el tramo final una tarea talgo tediosa y repetitiva. El inventario, como se muestra y su gestión tampoco me gustó demasiado así como el sistema de creación y modificación de armas, armaduras.. etc, no me terminó de convencer. Pero son pequeños detalles que no empañan lo que es un gran juego que proporciona muchas horas de entretenimiento y diversión.

Por cierto, me hice con la versión deluxe, pero diría que frente a la básica no aporta nada que merezca excesivamente la pena, los objetos que nos dan son muy básicos, y no son imprescindibles para avanzar lo suficiente para obtener mejor equipamiento.



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