Sengoku

Esta recreativa de SNK la descubrí en un bar y me atrapó desde la primera partida. Su desarrollo era en cierto modo pausado, íbamos combatiendo contra enemigos pero estos se presentaban poco a poco y algunos incluso tenían una breve ceremonia de entrada en escena.
Nuestra existencia además discurría entre dos planos, el terrenal y otro más onírico que tenía fuertes influencias del japón medieval y del mundo de la mitología oriental con sus particulares demonios.

Nuestro personaje iba recogiendo esferas de poder que nos permitían aumentar de poder, consiguiendo espadas o disparos de energía. Posteriormente llegaríamos a transmutar entre varías formas posibles (influencia probable del Altered Beast), como un lobo con armadura que saltaba enroscándose sobre sí mismo, un samurai o un ninja.


Los gráficos estaban bien conseguidos aunque el efecto de 'aproximación' desde el fondo de la pantalla de algunos enemigos no resultaba del todo creíble.
En cambio sí eran notables ciertas animaciones del personaje principal, mi favorita era la de un movimiento con el que conseguíamos quebrar con las manos la espada de un samurai rival ante la cara de incredulidad de éste.
Por último quería mencionar el sonido ya que jugaba una baza fundamental en conseguir una ambientación única en este título, con murmullos, voces y aullidos de lobo cuando manejábamos a ese personaje.