Art of Fighting

En los juegos de lucha 1 VS 1 pocos podían rivalizar con Street Fighter 2. Quizás uno de ellos era 'Art of Fighting' de SNK.

Técnicamente hablando era un prodigio que asombró a propios y extraños. Gráficos de gran tamaño pero perfectamente animados, y apoyados en un efecto de zoom que alejaba la cámara cuando los contendientes se encontraban lejos y la acercaba cuando se aproximaban sin perder para nada la resolución.
Es además un título que marca un antes y un después en la historia de los videojuegos ya que fue el primer juego que superó la cifra de los 100 megas, algo que Neo Geo bautizó a partir de entonces como 100 Megas Shock y cuyo logotipo se podía ver al inicio de cada juego que superaría esa cifra a partir de entonces. Eso sí, la Neo Geo tenía una capacidad hasta 330 Mb, una auténtica barbaridad para la época.

Dejando al margen el aspecto técnico y centrándonos en el jugable, la lucha sí se convertía en un auténtico arte una vez que conseguías dominarlo. Para ello había que hacerse con mecanismos a los que el jugador no estaba tan habituado como administrar una barra de energía (o ki, algo que vimos en Budokan) que era la que determinaba la potencia de nuestros golpes y la capacidad para realizarlos.
Adicionalemente podíamos mejorar nuestras habilidades a través de la fase de bonus que además de ser espectacular tenía tres modalidades: una para mejorar nuestra energía vital, en la que teníamos que destruir unos bloques de hormigón, otra para mejorar nuestro ki, en la que teníamos que romper una serie de botellas por su cuello de un solo golpe y otra en la que podíamos aprender una 'super magia' a base de ejecutarla varias veces en un límite de tiempo. Sin esta súper magia era prácticamente imposible derrotar al enemigo final, uno de los rivales más difíciles y desesperantes que me he encontrado al final de un juego.
Particularmente me encantaba el combate contra el rápido Lee, ya que era una delicia esquivar sus golpes agachándote, echándote hacía atrás, protegiéndote en ocasiones y luego sorprenderlo con tu mejor golpe, esos combates me parecían una coreografía perfectamente ejecutada.