Metal Slug





Heredando elementos que ya fijaron en su día títulos como Cyber Lip, este mítico juego destacó al instante por iniciar la última gran saga en 2D del género.

En la impactante cifra de 193 megas tenían cabida multitud de armas, enemigos que se tiraban en paracaídas, maquinaria pesada, aviones, pequeños tanques que podíamos usar para atacar nosotros, etc. Pese a estar situado en una época futura, tenía una clara inspiración en la segunda guerra mundial.
Tenía fases inolvidables como una sobre los tejados de una ciudad o en otra en la que íbamos subiendo una montaña nevada, la del río, etc. Los escenarios tenían multitud de detalles que los hacían muy vistosos.

Todo esto se sustentaba en dos pilares básicos para un gran juego:

1) Jugabilidad: era sencillísimo hacerse a su mecánica y desenvolverse con soltura. Su desarrollo a lo largo de las 6 fases con las que contaba tenía una dificultad endiablada y era muy complicado terminárselo. La experiencia no obstante tenía un alto grado de disfrute y siempre nos dejaba con la sensación de haber vivido una gran aventura de acción.

2) Apartado técnico: gráficos animados muy buenos y muy particulares en cuanto a diseño que destacaban sobre fondos estáticos pero realizados con gran resolución y otros con animaciones, como el de las cataratas. Teníamos una buena banda sonora y mucha fluidez en el transcurso de las partidas.

Sin lugar a dudas un clásico de (re)visita obligada para cualquier aficionado a este mundillo.



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