K7 & Silver



Tras conseguir una beca de la universidad (que simplemente consistía en que me devolvían el importe de la matricula de ese año si superaba un % de créditos de los que me había matriculado), consideré que era conveniente jubilar mi viejo Pentium MMX a 166 Mhz que ya no me valía para las prácticas de la carrera y mucho menos para los nuevos juegos que iban saliendo.

Esta vez decidí comprarme un ordenador por piezas y luego juntarlo yo. Respecto a estas tenía claro algunas preferencias:
Placa y procesador: Quería una Asus, con procesador K7 de AMD. Por conocidos había probado el Penium II y III y no me daban buena impresión en cuanto a su rendimiento, así que decidí dejar a Intel por un tiempo y apostar por este procesador que ofrecía 800 MHz de frecuencia. ¡Menudo cambio respecto al Pentium!.
Como monitor tenía claro que quería uno de 17 pulgadas. Aquí tuve mucha suerte porque encontré un LG Flatron en oferta porque era la última unidad que quedaba en una tienda de Valencia. Así que lo pedí ahorrándome más de un 50% de su precio original. Creo que fue una gran compra porque a día de hoy sigue funcionando igual de bien que el primer día y doy fé que ha tenido un uso de muchísimas horas en tantos años.



Como tarjeta gráfica opté por una Riva TNT a la que le instalé los driver Detonator para un mejor rendimiento.
Y finalmente, como guinda del pastel le puse una de mis tarjetas de sonido favoritas, la Sound Blaster Live! con un sistema de altavoces envolventes Creative Soundworks.
Eran una pasada porque se ponían dos delante y otros dos detrás escuchándose en cada momento el sonido del juego por el punto en el que provenía.



Y uno de los primeros juegos con los que pude disfrutar del nuevo equipo fue Silver.



Durante ese año, en la universidad mis compañeros no paraban de hablar de ese juego, yo tenía muchas ganas de probarlo, pero viendo que estaba tan cerca la época de exámenes decidí taparme los oídos, estudiar y esperar a que estos pasasen porque por lo que contaban seguro que me engancharía tanto que terminaría por no estudiar nada.

Cuando finalicé el último examen, llegué a casa y lo primero que hice fue instalarlo. No me decepcionó en absoluto. Su sistema de juego sencillo role-playing orientado a la acción era muy adictivo. Además contaba con unos gráficos simpáticos y agradables a la vista, con algunos efectos notables como la lluvia en la nocturna ciudad de Rain. En el monitor de 17 pulgadas se veían de lujo (acostumbrado al anterior que tendría unas 14 y con una curvatura de pantalla casi como la de un globo terráqueo...).

No era demasiado difícil por lo que en una semana ya lo había terminado, pero eso sí, lo bien que lo pasé con él hizo que mereciese la pena el haber aguantado tanto para jugarlo.



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