Broken Sword: The Shadow of the Templars
La aventura gráfica por excelencia de la nueva generación. Y lo consiguió respetando los estándares del género tanto en la intuitiva interfaz 'point and click' como en la apariencia con los gráficos de dibujos animados en lugar de los digitalizados que proliferaban en todos los nuevos títulos.
De hecho, demostró que lo más importante para hacer una buena aventura no era el entorno gráfico en sí, sino tener una buena historia sobre la que ir avanzando.
El argumento tenía como transfondo a los templarios. Incluso con el juego venía un libreto llamado "Savage Warriors" escrito por Steve Jackson en el que se describía breve pero brillantemente la historia de esta misteriosa orden religiosa.
Algo que no parecía presagiar esa mítica primera escena con el payaso y el atentado-bomba en el café de París, a partir del cual nos veíamos involucrados en toda una trama de acontecimientos.
El desarrollo era de esos que te mantiene enganchado constantemente, impaciente por saber qué viene a continuación, o por ver cómo se resuelven los diferentes enigmas que planteaba. Las voces, dobladas perfectamente al castellano contribuían a acercar al usuario a la aventura, aunque más de una vez nos desesperaban las respuestas de George Stobbart (el protagonista) cuando nos decía que no podía realizar tal o cuál acción.
Y es que que como siempre lo más desesperante de este tipo de videojuegos era quedarte atascado en una pantalla probando todos los objetos y acciones posibles sin saber qué hacer para continuar.
Por suerte conseguimos finalizar este grandísimo clásico de Revolution Software, que incluso fue versionado para la Game Boy Advance (adaptándolo convenientemente a las limitaciones de hardware).
Imprescindible si te gustan títulos como 'Monkey Island', 'Indiana Jones and the Last Crusade' y otros grandes del género.
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