Onimusha: Warlords

La primera parte de la saga Onimusha proporciona al jugador la sensación de estar jugando a un 'Resident Evil' pero con la ambientación propia de un Japón fantástico-medieval, un poco al estilo del mundo paralelo de Sengoku.

Con estos ingredientes nos encontramos con una aventura bien trazada, con un llamativo diseño de enemigos y escenarios, con buenas dosis de acción gracias a un sistema de combate asequible y con algún que otro puzzle.
El propio ritmo del juego se prestaba muchas veces a la exploración por el interior de los edificios (alguien dijo mansión del RE1?).

El éxito de esta, en principio, arriesgada propuesta fuera del país nipón fue notable e incluso llegó a reeditarse en la línea de juegos platinum de la consola.
Aún habiendo pasado más de una década de su estreno mucha gente conoce más las secuelas que el originario, pero a cualquier entusiasta tanto del estilo de juego como de la temática le recomendaría que le diese una oportunidad.