Prince of Persia





Comienzo una saga por la historia de los videojuegos centrándome en aquellos a los que he tenido la oportunidad de jugar y que por diversos motivos quería destacar. Y no es casualidad que comience precisamente por este:



A este juego le tengo un cariño especial porque fue el primero que tuve para el ordenador. Todavía recuerdo esa tarde de Noviembre del 91 cuando llegué a casa con el disquette de 3'5 que me habían dejado en el colegio.
Tras introducirlo en mi IBM-PS1, que contaba con un curioso modo gráfico de ventanas, muy avanzado para su época, seleccioné el ejecutable y tras un paciente tiempo de carga aparecieron las letras del título con una música con toques orientales que pese a la poca calidad del PC-Speaker se me quedó grabada en la memoria.



Tras la breve presentación en la que el malvado visir secuestraba a la princesa, el príncipe era arrojado a las mazmorras, ahí empezaba toda una aventura. Incontables horas junto con mi hermana saltando de un lado para otro, evitando pinchos que salían del suelo o afiladas cuchillas que eran capaces de partirte en dos, luchando contra los esbirros del visir, contra el gordo, contra el esbirro-palo, contra un esqueleto, contra la propia sombra del príncipe, y finalmente contra el visir. Cada fase tenía algun pequeño detalle que la identificaba y que hacía que el juego no resultase repetitivo.

Técnicamente estaba muy bien, destacando la animación del personaje. Era increíblemente difícil finalizarlo en el tiempo que el visir había concedido a la princesa antes de que tomase su fatal decisión, tan solo una hora. En esos 60 minutos sucedían tantas cosas, que parece mentira. Claro que al principio hubo que recurrir al famoso truco de prince megahit para ir desentrañando los misterios de este fantástico videojuego. No obstante fue galardonado como mejor juego del año, como muestra la etiqueta de la imagen de la caratula.



Como regalo de parte del autor, os dejo aquí el código fuente original de esta pequeña maravilla, sobre todo para aquellos curiosos programadores que hayan tenido siempre la inquietud de bucear en él:



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