Legacy of Kain: Soul Reaver

"¡La desesperación no tiene límite pero sí un nombre: SOUL REAVER!.
Con esta frase bautizaba yo en muchas ocasiones las partidas en las que me sumergía en la particular atmósfera vampírica de este notable título.

A medio camino entre la acción y la vídeo aventura plataformera, al estilo de Tomb Raider, con algunos puzzles incluso; Las desventuras del vampiro Raziel desterrado al inframundo comenzaban con sus poderes perdidos, que poco a poco íbamos recobrando, y se movían entre dos mundos: el material y el espiritual. En éste último entrábamos cuando perdíamos nuestra vitalidad y debíamos absorber un número determinado de almas para poder regresar al mundo material. Un concepto original que se volvía algo rutinario por lo fáciles que eran los enemigos de ese mundo.

Como elementos que lo hacían brillante podría mencionar la decoración gótica, las luchas contra otros vampiros a los que acabábamos aniquilando de manera brutal, incluyendo los jefes de final de fase, para los que teníamos que hacer uso de la astucia y la habilidad a partes iguales, y la estremecedora banda sonora.

La desesperación hacía acto de presencia, al menos para mí, cuando te quedabas sin atascado sin saber cómo continuar, o cuando caías una y otra vez al agua (con su consiguiente cambio al plano espiritual), como en una fase en la que se iba saltando por una especie de rodillos, ¡la de veces que me caí! :(

Con todo el juego estaba muy bien, te atrapaba y te llevaba a unas cotas de vicio considerables, siempre deseando ver cómo sería la siguiente escena cinemática y seguir el curso de la historia hasta derrocar a Kain.